5 de la madrugada, suena el despertador. A pesar de que te
despertaste varias veces durante la noche y que saltó alguna alarma
de origen desconocido en el hotel, consideras que has dormido de
lujo. De hecho, mas de la media de lo que sueles dormir. Vamos bien.
Primera evacuación bien a pesar de la hora. Seguimos bien. Preparas
y revisas las cosas que te tendrás que llevarte para la carrera y
así hacemos tiempo para desayunar lo mas tarde posible. Segunda
evacuación y ¡antes de la hora all-bram! Ducha para espabilarse y
toca vestirse, colocarse el chip y desayunar.
A las 6:15 salimos
del hotel dirección salida de autobuses situada en la avenida
Luis Heintz, Bárbara me deja allí y ella continua el trayecto hasta
Landa. ¿Por qué no fuimos hasta Landa directamente? Pues porque en el
briefing y en la documentación nos dijeron que era obligatorio que
todos los triatletas subiéramos a los autobuses que nos llevaban a la
salida, aunque después, no controlaran de ninguna forma quien subía…
Tras unos minutos de
espera, nos montamos en el autobús. Delante mía un Alicantino y un Holandés.
El Holandés me llamó
especialmente la atención, pues cuando subió al autobús me mosqueé
porque creía que se trataba de un familiar. Y no era para menos, las
pintas que me llevaba eran atípicas. Una mochila, unos pantalones de
pana y una camisa. Durante el trayecto, el
alicantino fue contando sus experiencias en deportes de ultra
resistencia. Ya no recordaba cuantos Ironman llevaba (aunque cree que
unos 10), pero lo que si tenía claro es que éste iba a ser su último.
Era su 58 cumpleaños y ya no le compensaba ni en tiempo, ni en
dinero, ni en dedicación todo el esfuerzo que había que hacer. El
holandés estaba mas preocupado por las zonas donde vacacionar en
España. Me gustaría saber como acabó la prueba…
Tras la llegada a
Landa tocaba un buen paseo hasta la zona de boxes, la comitiva era
apabullante. Gracias a Dios no había niebla y el día pintaba
fenomenal. Recordemos que el año anterior suspendieron la natación
por culpa de ésta. Tras entrar en la zona de boxes nos dirigimos
hacia nuestra cabra y allí estaba, toda chorreando. El rocio
imperante durante la noche había dejado todas la bicis empapadas, es
en ese momento cuando echas cuentas de las bicis que vistes el día
anterior tapadas con fundas o bolsas de basura. La experiencia es la
experiencia.
Empapadita que estaba la pobre...
Última comprobación
de que todo esta correcto en la bici, y tras unos minutos de cola
para pillar una de las bombas, la dejamos a nuestra presión
favorita. Terminamos de colocar los botes y las barritas con cuidado
y una cosa menos.
Antes de entrar en
la carpa, distingo a Diego Rodríguez de Planeta Triatlón, esa web y
sobre todo, canal de Youtube que tantas horas me ha acompañado
durante las sesiones de rodillos. No me resisto y le pido una foto a
la que aceptó encantado. Directa para el grupo de whatsapp de
triatlón.
Ya en la carpa, saco
los bártulos para la natación. Neopreno, gafas, gorro, gel para
antes de la salida… y reviso que en la bolsa de transición esté
todo. Me cambio, dejándome el neopreno puesto hasta la cintura y me
coloco el gel a esa altura. Guardo la ropa de calle en la bolsa
blanca que la organización llevará hasta la meta y salgo buscando
la zona donde las recogen.
Leo los últimos
mensajes de whatsapp de amigos y familiares y me deshago del móvil
introduciéndolo en la misma bolsa.
¿Os he dicho que el
ambiente era impresionante? Pues la organización no se quedó atrás.
El speaker daba vida, consejos y alegrías a mas de uno. Entre ellos,
a un triatleta que se le perdió el iPhone y a otro, italiano, que se
había dejado el material de natación en el hotel y atención… ¡la
organización había ido a por él! Impresionante.
Tras salir de la T1
me dirijo a la salida de la prueba, noto que me duele un poco la
cabeza e intento buscar a Bárbara por si tiene algún ibuprofeno o
similar, pero no tengo éxito. Supongo que sería tensional y esperaba
que durante la prueba se me pasase. ¡Me cachis…! Hasta ahora todo
iba perfecto.
La gente empieza a
acercarse a la salida. Hay varios cajones para que cada uno se
coloque según la marca que tiene prevista hacer. Mis cálculos fueron
en 1:10 así que allí que me metí.
Justo antes pude ver
a otro youtuber, Pitufollow, haciéndose fotos con la gente. Ya sabía
que asistiría por sus videos. Es otro de tantos que me han
entretenido y evadido de las horas largas de rodillo. Ultratrailer,
triatleta… le suele meter sobre todo a los deportes de resistencia,
sobre todo a patas. No lo he visto ni nadando y apenas en bici. Esto
es un Ironman, todos los dicen, no hay que perderle el respeto, a ver
como acaba la cosa.
Por raro que
parezca, es de las pruebas importantes en la que mas tranquilo estoy,
siento que el trabajo está hecho y bien. No tengo presión. Solo
quiero disfrutar. Si acaso mejorar marca, pero tampoco me obsesiona.
Salen los pro
a las 8:30 en punto. A los mundanos aun nos quedan bastantes minutos.
Es un buen momento para ver como trazan los pro y… ¡chorprecha!. Las
boyas guías las van tomando todos a la derecha. Me parecía muy
raro, normalmente se dejan a la izquierda, como la boyas de giro, que
son las importantes y no se pueden tomar de otra forma (a excepción
de la última que era a derecha).
Comienzan los grupos
de edad y observo que hacen por si no he oído alguna indicación
sobre el lado por el que hay que pasar las boyas guías. Y nada…
unos por la izquierda, la mayoría, y otros por la derecha. Yo
seguiré fiel a mi estilo. Prefiero a la derecha y nadar tranquilo.
Va llegando la hora
y cuando voy a echar mano del gel… no había gel, se me había
caído en algún momento. Segundo contratiempo del día. Espero que
con el desayuno haya sido suficiente. La idea es hacer la natación a
velocidad crucero con un puntillo más para que el desgaste sea
mínimo y salgamos del agua como si no hubiéramos hecho nada.
La salida era tipo
rolling start, cada 4 segundos salían 5 triatletas. Y allí estaba
ya, en la fila de salida, delante de los jueces que mantenían los
brazos levantados. Como en una carrera de F1, el sonido marcaba el
tempo. Din, din, din, DIIIIING… Eran las 8:45:53 de la mañana, el
juez que tenía delante había bajado los brazos y ahí comenzaba mi
aventura. ¡Mi Ironman Vitoria-Gasteiz había comenzado!
El primer impacto
con el agua no pudo ser mas agradable, no había calentado antes
dentro, la temperatura era fresca por la mañana y no me gustaba la
idea de permanecer mojado hasta que empezara la carrera.
Voy cumpliendo mi
plan, buscando unos buenos pies que me ayuden a ahorrar energías e
ir a buen ritmo, pero no encuentro ninguno. Creía que la gente en un
ironman tendría mas consciencia que en una popular y por lo que
estaba viendo, había mucha gente que no estaba nadando acorde al
ritmo del cajón del que salió. Voy adelantando a gente, a bastante
gente. Tan solo tengo a mi derecha a un triatleta que va a mi ritmo.
La primera boya de
giro está lejos, muy lejos. No se alcanza a ver a ras del agua, solo
queda guiarse por las boyas intermedias, por lo que procuramos
mantenernos cerca de éstas.
Disfruto la natación
como preámbulo de un buen libro, sin mas incidencia salvo un par de
ajustes de las gafas para evacuar un poco de agua que me entró,
llegamos a la última boya y ya se empieza a ver la meta.
Unos minutos
después, toco el suelo con las manos, es hora de ponerse en pie y
subir hacia la T1. Miro el reloj 1:09. ¡Perfecto! Todo va según lo
previsto. Me voy quitando la parte superior del neopreno mientras
llego al avituallamiento donde aprovecho para beber agua. A mi
derecha veo a Barbara que me sigue corriendo tras la valla mientras
me da ánimos.
Buscando a Bárbara...
Llego a la T1 y
pillo rápidamente la bolsa. Termino de quitarme el neopreno y cuando
me agacho para recogerlo, veo allí tirado, en el suelo, el gel
perdí… XD. Allí se iba a quedar. Me siento y pillo la barrita
para ir comiéndomela mientras me preparo.
Calcetines,
zapatillas, casco, dorsal…. Meto las gafas, el gorro y el neopreno
en la misma bolsa. La vuelvo a colgar y salgo a buscar la bici.
Con las referencias
que pillé la localicé rápido. La bici está completamente seca,
los rayos del sol han hecho ya su trabajo. La bici que tenía al lado
ya no estaba, por lo que pude sacarla inclinándola sin problemas por
la escasa altura de las barras. Ahora tocaba correr con la bici unos
150-200 metros hasta el punto de inicio del ciclismo, en la carretera
que bordea el parque.
Allí estaban lo
jueces tras la linea, indicándonos que ya podíamos montarnos en las
bicis. El publico de los laterales no paraba de animar. Me subo a mi
cabra y tras 2 intentos, consigo clavar la cala en los pedales. Tras
de mi oigo un “hostia” y una bici gris casi me adelanta, sin el
ciclista. Tuvo que haber una hostia terrible pero no me atreví ni a
mirar atrás.
Miro los vatios
normalizados y veo que voy lanzado, muy por encima de mis
posibilidades teóricas. Sé que no son mis números, pero voy tan
agusto que me cuesta bajar el ritmo.
El circuito de
Vitoria es rápido, muy rápido. Teóricamente se le considera llano,
no obstante son cerca de 1500m + que gracias a sus muchos toboganes,
se hacen muy amenos. Tan solo eran un poco mas duras la subida al embalse, que había que
hacerla un par de veces, y otra mas pronunciada en la zona por la que
se recortaba en la tercera vuelta. Esta última la recuerdo especialmente, a parte de por la pendiente, porque a esa hora el calor empezaba a apretar y estaba perfectamente resguardada del viento. Aun siento el calor azotándome en la espalda.
El primer avituallamiento fue sobre el kilometro 24, llevaba 3 botes, por lo que ese primero me lo salte, pero no me gustó un pelo lo que vi. Estaban sirviendo botellines de agua en vez de bidones. Espero que fuera algo puntual y que en los siguientes avituallamientos fueran bidones, porque si no, iba a haber que modificar la estrategia.
¿A quien no le motiva este entorno?
Seguimos dándole a los pedales, comiendo y bebiendo. Sobre el kilómetro 45 siento una moto detrás mía, no se si serán jueces o reporteros, de todos modos, guardo precauciones. A los pocos segundo me adelanta la moto y se pone a mi altura: "Tarjeta azul por ir a rueda, que os vengo siguiendo hace un rato. En el próximo penalti box te tienes que parar".
¡¡¡¿Comor?!!! , me quedo flipando. Miro delante y el siguiente estará a unos 50 metros y a media altura de un repecho que quedaba a mi izquierda. Miro atrás y llevo a uno pegado... ¡no podía ser! ¿Me habían sacado tarjeta porque me estaban chupando rueda? Esto era nuevo para mi. Con toda mi estupefacción, le doy un arreón a la bici y me pongo a la altura de la moto en pleno repecho. En el reglamento ya indicaban que no se le podía discutir a los jueces, así que, con educación, le pido permiso para hablar.
-¿Que quieres?
-Una pregunta. ¿Si a mi me van chupando rueda, se me sanciona también?
-¿Que me estas contando?
(Se lo vuelvo a repetir)
- Mira... que me olvides- Y en ese momento le da un par de toquecitos en el hombro al conductor y acelera alejándose.
Manda huevos... Don legal sancionado no en una prueba cualquiera, ¡en LA PRUEBA!.
Indignadísimo, paso un avituallamiento buscando el penalti box que no encuentro. Unos kilómetros mas tarde, allí estaban. Me paro, y aviso a los jueces de que estoy sancionado. No hay nadie mas.
Leí en el briefing que durante la sanción podía comer y beber todo lo que tuviera encima, como no aclararon si era encima de la bici o del triatleta, pillo un par de barritas en la mano, las sales en otra y un bidón en la boca antes de bajarme.
El juez se ríe, pero ante las dudas, mejor asegurar. Los del puesto de penalti eran mas simpáticos que la que me sanciono, que sinceramente, parecía que iba enfadada con el mundo.
Tuve que colgar la bici y a partir de ese momento esperar 5 minutos. Estuve comiendo y hablando y charlando con los jueces.
Le pregunté lo que me había pasado, si aquello era normal (no lo era), también por el que habían sancionado conmigo que no estaba allí (y que me dijeron que ya estaba descalificado entonces)
Tambien pregunté si grababan con la tablet que llevaban para poder reclamar después. Algo perfectamente viable hoy en día. A lo que me dijeron que no... Era absurdo, hay gente que se puede jugar mucho con estas cosas y otros como yo que queremos salir con nuestros nombres limpios. Y es que manda huevos, sancionan al que frena cuando le adelantan para dejar la distancia de separación mínima. El que se lee todas las normas. El que llevaba el bolsillo del maillot lleno de envoltorios de barritas... en fin.
Paisajes de ensueño en el País Vasco
Durante mi comparecencia vi pasar a PituFollow, ya me había adelantado el youtuber. Lo que me sorprendió es que yo fuera delante de él.
Terminaron los 5 minutos, me desearon suerte y me puse en marcha de nuevo. Encabronado, muy encabronado y con el potenciómetro chillando. Ya me imaginaba al Suescun diciendo en el grupo de whatsapp que habría pinchado porque me bajo la media bastante en ese segmento o a Bárbara imaginándome en una ambulancia.
Llegando a Vitoria, el publico es mucho mayor. Veo en una curva a la gente de Al-Fanadic. Les grito: "¡Viva la gente de Córdoba!" jajaja. creo que no se lo esperaban y rápidamente empezaron a animar. ¿Quién coño sería éste? pensarían....
En la anteriormente mencionada subida a Landa, pude pillar al Pitufollow, creo que no iba bien, ya llevaba la espalda blanqueada en su oscuro mono y recordé lo mal que lo pasó en un triatlón cuando perdió las pastillas de sales.
Completo la primera vuelta, primeros 76 kms, vamos bien. Durante la carretera colindante al embalse busco a Barbara y la encuentro, le mando un par de besos y sigo...
Siento un pinchazo debajo del pecho. El pulsómetro me está molestando, pienso... Voy a ajustarlo cuando caigo que por comodidad y para evitar rozaduras, no me lo puse. Pues será una etiqueta, rasco y sigo sin pararme a pensar, que ningún fabricante de equipaciones pone etiquetas en esa zona. Os dejo con la intriga hasta mas adelante...
El liquido empieza a escasear y es hora de ir reponiendo. Efectivamente, ningún avituallamiento contaba con bidones. Tiro uno que llevo gastado y cojo un botellín. Lo coloco en el porta bidón y antes de salir de la zona de avituallamiento, tras un badén, sale disparado. Me doy la vuelta con cuidado, recupero el bidón que tire y lo lleno con agua con ayuda de los voluntarios... Solo hay algo mas importante que el tiempo, ir avituallado. Y el agua es oro.
Empiezan a doblarnos los pros y vuelvo a entrar en el mismo tramo donde me sancionaron. El circuito empieza a masificarse por los doblados y es difícil mantener la distancia de separación. ¡Horror! oigo una moto detrás mía. No puede ser. Miro para atrás y antes de que me digan nada le enseño que voy sin pedalear y frenando para mantener la separación. Pasan de largo.
Paro en el avituallamiento especial, donde tenemos una bolsa para reponer las barritas. Los voluntarios fueron eficientes y me la encontraron rápido. Pero madre mía... cuando saqué las barritas... les había estado cayendo toda la solana y parecían papillas... en fin...
Ya iba siendo hora de ir cambiándole el agua al canario. Decido aguantar hasta donde estaba Bárbara para verla un rato y que ella viese que iba todo bien.
La localizo, freno y la pobre no sabía que estaba pasando. Vino a sujetarme la bici y le tuve que decir que no la tocara, no fuera a pasar algún juez y me volvieran a sancionar. Le expliqué la historia mientras me buscaba la churra y evitaba hacerle una lluvia dorada. No se si esto es mas indigno que mearse encima durante la prueba. Termino, le indico que ya no vuelvo a pasar por allí y que nos veíamos en Vitoria. Quedaban 40 kilómetros.
Las piernas ya no iban respondiendo tan bien. Aunque la velocidad si acompañaba y los vatios medios empezaron a bajar hasta situarse en los previsto
Y así sigo hasta tomar el deseado giro para entrar en Vitoria, dirección a la T2. Disfrutando del ambiente y de las sombras que daban los edificios y los arboles.
31 km/h de media, espectacular para mí. Muy contento y temiendo ver como responden las piernas, aunque ya hay ganas de correr. En cualquier otro entreno aislado de ciclismo hubiera hecho esto y estaría para el arrastre... La mente es maravillosa.
Un detalle distintivo de Ironman es que, cuando llegas a la T2, los voluntarios te recogen la bici y tu te despreocupas de ella. Comienza entonces la carrera alfombrada hacia la carpa de transición donde comienza la magia de Vitoria. Y es que el fervor del publico hay que vivirlo para creerlo. Gente que te grita por tu nombre habiendo sido ya el 500 o 600 que ha pasado por allí, ánimos y manos por todos lados. La piel se pone de gallina.
Una vez en la T2, localizo rápidamente mi bolsa. Me siento en el banco para ir cambiándome mientras disfruto de ese pequeño descanso para afrontar la maratón. Zapatillas correctamente colocadas. Geles al cinturón. Sales que nos falten. Me enchufo la visera, cuelgo la bolsa con la equipación que dejo atrás y... ¡a correr!
Nada mas salir de la carpa hay urinarios muy modernos con lo justo para esconder las vergüenzas y otros clásicos para palabras mayores. Voy bien de momento y puedo aguantar, por los que paso de ellos.
Subo la rampa metálica que te ahorra los escalones de la plaza y le doy al botón de lap en el garmin. A partir de aquí 42 kms y habremos acabado.
El recorrido consiste en 4 vueltas de algo mas de 10km por el centro de Vitoria. Mentalmente sabía que iba a ser demoledor.
Empiezo fuerte, mas de lo que debería. El reloj marca un buen ritmo, pero se que no es el mío. El calor empieza a apretar, tanto como los ánimos del publico, que insisto, hay que vivirlo para creerlo.
Lo mejor eran los avituallamientos cada poco mas de 2 kms. Aprovecho para beber en el primero y coger una esponja para refrescarme (que duraron solo esa vuelta). Tras salir de la zona centro, hay una parte del recorrido que discurre por varios parques donde hacemos varias filigranas para cumplir con los metros. La siguiente parte del recorrido es por la zona universitaria. Es la mas dura psicológicamente debido a largas rectas con hasta 3 vas y vienes. Terminamos la vuelta volviendo a la zona centro y pasando por la plaza de España. Veo por primera vez a Bárbara, que me pilla por sorpresa, pero ya tengo referencia para saber donde está en las siguientes vueltas. Inicio la siguiente, rozando el pasillo de meta, aun quedan mas de 30 kms para tomar esa recta. En el reloj ya han pasado 55 minutos. El ritmo es el soñado y es la primera referencia real que tengo, pues por la altura de los edificios y la cantidad de arboles que hay en el recorrido, el GPS no funciona correctamente dando ritmos que no coincidían para nada con las sensaciones y los pasos por kilómetros.

La primera vuelta fue la mas asequible por la novedad y las energías que habían. Las siguientes ya hubo que gestionarlas para poder llegar a meta. No quería andar durante el recorrido, por lo que hice el esfuerzo de correr de avituallamiento en avituallamiento, siendo mi premio el andar durante este mientras me avituallaba con bebidas (agua y coca cola, mucha coca cola). Salía del avituallamiento y vuelta a correr hasta el siguiente. Era brutal como pasabas de sentirte vacío a sentir que te volvían las energías. A mitad de cada vuelta hacia el esfuerzo de tomarme un gel y es que el estomago ya estaba asqueado y toleraba poco, pero había que hacerlo o morir. Casi acabando la segunda vuelta oigo una voz que me llama. ¡¡ Era Fernando !! El mejor peluquero de Peñarroya y todo un maquina que había llevado esto con discreción. ¡Que buena cara llevaba!
Paso por la 2da vuelta. ¡¡Media maratón!! ¡¡ya queda la mitad!! El ritmo ha descendido un poco, pero vamos bien. En esta tercera vuelta aprovecho para parar en unos de los servicios que puso la organización. He aguantado demasiado hasta ahora y eso no es bueno. Sobre el 4to avituallamiento doblo al youtuber PituFollow, cruzamos unas palabras, iba tocado. Aquí da igual que seas un máquina del ultratrail o lo que sea. No se le puede perder el respeto a la distancia, y si no la preparas, no vas a sufrir mucho, si no muchiiiisimo. Y he aquí la prueba viviente, como la de otros tantos zombies que fui adelantando por el camino, algunos tirados por el suelo, otros vomitando junto a un árbol, otros sentados en un banco...
Finalizando la 3ra vuelta, las piernas empiezan a acalambrarse. No ha podido ser por falta de sales pues la alimentación la estoy llevando bien. Logro alcanzar a Fernando y esto nos ayuda a pasar unos kilómetros agradables, charlar un poco y olvidarnos del cansancio. Antes de llegar al giro, me invita a adelantarme, necesita hacer su carrera y yo continuo con mi ritmo. ¡última vuelta... solo 10 kms... en una hora mas o menos dejaré de dar vueltas para cruzar la meta.
Dos Peñarriblenses en Vitoria. El 50% de los Cordobeses que se presentaron a la prueba.
Esta última vuelta fue la mas dura de todas. Iba bien de energías, pero la pierna derecha ya no daba mas de sí. Los calambres eran cada vez mas fuerte y me obligaron a parar varias veces para estirar. Mi charla interna era para con esa pierna: "Vamos... no me falles ahora", las secuelas mecánicas que me dejó una antigua lesión puede ser la causante de que esta pierna me esté fallando y la otra no.
No me paro en el último avituallamiento, pillo un vaso con agua sobre la marcha. Quedan 2 kilómetros y ya no voy a fallar por una pájara. Los calambres son cada vez mas fuerte. Me obligan a pararme dos veces mas a estirar, pero ya todo da igual... voy a aguantar lo que me eche. Me quedan apenas 200 metros. Ya está todo hecho. Me acicalo para la tan deseada foto. Me giro la visera y aprieto el ritmo para poder entrar solo a meta. El dolor es cada vez mayor, tiro de la pierna buena y uso la mala solo de apoyo.
Y allí llegué. Esta vez no hay mas giros, tomo el pasillo de meta y disfruto el momento. Me voy para el publico a darles la mano, pero están mas reventados que yo y me hacen la cobra XD. Vaya cara tonto que se me quedaría. No pasa nada... ya esta hecho. Cruzo la meta y oigo la frase que todos esperamos:
"Victor M Revaliente... you are a Ironman!"
Esta es la pocker face que se te queda cuando te hacen la cobra.
Ya no hay dolor. Miro alrededor para inmortalizar el momento en mi mente. Me ponen la medalla. Ya está todo hecho.
11 hora y 25 minutos después, ya he finalizado el trabajo de tantos meses. Y lo mas importante. Ha salido todo bien.
548 de la general de 1910 corredores que tomaron la salida. Solo 1410 cruzamos la meta.
Ahora tocaba descansar y disfrutar de lo conseguido.