Después de casi 10 horas de viaje, llegamos a Vitoria, en la ciudad ya se respiraba el ambiente a Ironman... cartelería, gente con sus cabras, corriendo... Lo primero que hicimos fue ir a hacer el checking de la prueba para poder dedicar el sábado completo a preparar y dejar el material en su sitio. Plaza de España en el Google Maps y a seguir el camino. Giras la calle que regenta la impresionante catedral de Vitoria y sigues la comitiva de triatletas y familiares que van a recoger sus dorsales. Ya quitas el GPS y te dejas llevar.
Ves primero la carpa con la
tienda de productos de Ironman, los nervios van en aumento, no quieres mirarla,
a la vuelta ya le echaras un ojo. Y es en ese momento, cuando entras en la
plaza de España y ves el arco de meta y todo el tinglado y el ambiente que hay
allí montado cuando se te hace un nudo en la garganta, se te eriza el vello y
flipas... flipas mucho. Tanto tiempo... tanto esfuerzo y aquello que imaginabas
ya estaba ahí. Disfrutas un poco y a por el dorsal, que lo daban en la carpa
que estaba justo al lado.
Tras comprobar la licencia
federativa, te diriges al primer puesto que estaba libre y tras verificar el
DNI, te imprimen el dorsal allí mismo. Esto es otro nivel. Los números son
dados secuencialmente. El nuestro, 1402, bonito número, me recordaba al código
postal de mi pueblo, mola.
La voluntaria nos coloca la
pulsera con el código de identificación que deberemos llevar hasta que finalice
la prueba (aunque todos sabemos que será cuando se caiga a pedazos). También nos
hace entrega de la característica mochila IRONMAN, el gorro de natación y las
bolsas para la T1, T2 y la ropa de calle.
Ahora a disfrutar de lo que se
cocía en el centro de Vitoria. Foto reglamentaria en el photocall, refresco en
la terraza que había justo en la meta y a disfrutar del briefing y la
entrevista con los pros en la que te das cuenta que lo de ser llorón es tan de
triatletas (y los que practican por separado cualquiera de sus modalidades)
como los tatuajes. Allí ninguno había entrenado... ¬¬
Después del refrigerio toca
paseo por la tienda de Ironman. Flipas con los precios, es algo normal, esto es
un deporte de ricos en una prueba para ricos. Y los cabritos saben cómo
picarte... camisetas con el logo IRONMAN hecho con los nombres de todos los inscritos...
¿No te la vas llevar? Son solo 30 €... Después sigues mirando y.… wala...
pedazo sudadera con gorra con el mismo logo... 60€ pero ya puesto, mola más que
la camiseta... Talla M agotada... ¿Veis como saben vender? encuentro una L y no
me queda mal... para la saca... no mires más... no mires más... Mierda! he
mirado una visera que pega con la equipación de A 8000... 25€ menos XD. Vámonos
al hotel.
El hotel se encontraba a 3 km
del centro. En los otros 2 intentos de hacer el IRONMAN tuve que pillarlo en
Miranda del Ebro, a 33 km, pues los precios de Vitoria eran prohitivos.
400-2000€ la noche. Este año cuando fuimos a reservar el mismo, chorprecha, se ve
que se enteraron de lo que pasaba en Vitoria ese finde y subieron los precios
el doble. Ofuscado, eche un vistazo en Vitoria y... chorprecha!, Encontré un
hotel a mucho mejor precio, se ve que no se enteraron de lo que pasaba ese fin
de semana. Dios provee.
Cena en el mismo hotel y a
descansar para el día 2.
Sábado 9 de julio. Te levantas,
desayunas y a preparar el material. Compras de última hora como cinta aislante
para fijar algunas herramientas y a preparar la logística. De 2 a 3 horas
revisando material, organizando en la mesa de la habitación, quitando,
poniendo... no puede fallar nada.
Colocas las pegatinas en el
casco, la bici, las bolsas para las transiciones. Echas cuenta del número de
barritas que te van a hacer falta para la primera parte de la bici y las que recogerás
después en el avituallamiento especial de la bici. Dicho avituallamiento es
accesible hasta 3 veces durante el segmento de bici y en él, puedes dejar una
bolsa con comida y material que te haga falta. En nuestro caso, nueva recarga
de barritas y una cámara extra por si las moscas, nunca se sabe. Y es que es
tanta la cantidad de alimento la que hay que ingerir durante una prueba tan
larga que, en mi caso, no hay forma de llevarla toda en la bici. Y sí, los pros
se apañan con geles que condensan más calorías en menos espacio, pero nos
conocemos y sabemos que al final acabas asqueado de tanto gel. Mejor
reservarlos para el final.
Revisas la habitación por
última vez y acordamos ir al pantano el coche para que Bárbara reconociera la
forma y viese donde podía aparcar y moverse al día siguiente. Decisión
acertada. No obstante, la organización ponía autobuses hasta Landa cada ciertas
horas según el número de dorsal y un camión donde te transportaban la
bicicleta.
GPS hasta el punto de salida
del Ironman y a disfrutar del paisaje. ¡Que verde todo y cuanta frondosidad!
Llegamos a Landa y conseguimos
aparcar bien. Aquello era un hormiguero. Sacamos la bici, casco y la bolsa azul
que correspondía a la T1, la transición que pasa de la natación a la bici. En
esta bolsa coloqué las zapatillas para la bici, los calcetines, el casco,
portadorsal y una barrita de las "tochas" para ir tomándola mientras
me cambio. Después de un paseo bastante largo, llegamos a la zona de entrada de
boxes. Vaya ambientazo y vaya entorno el del embalse de Landa. Es
impresionante. Césped natural y un agua cristalina. Infrastructuras por todos
lados, socorristas, kioskos, piscina natural para los niños...
IMPRESIONANTE.
Antes de entrar a boxes nos
revisan el casco, comprueban que las pegatinas y el dorsal estén en su sitio,
nos escanean la pulsera y "palante".
Somos de los primeros en llegar,
hay unas 14 calles con posiblemente mas de 100 metros de caballetes cada una. Buscamos
la que corresponde al rango de nuestro dorsal. Es la 6 negra (2 calles por línea
de caballetes). Hemos llegado pronto y aun faltan muchas bicis. Hay que tener
en cuenta que las de las últimas filas subirían sobre las 18:00 al autobús para
llegar hasta allí.
Buscamos nuestro número de dorsal
mientras nos deleitamos con las máquinas que hay por allí ¿Cuánto dinero habría
allí al final del día? Mejor no saberlo…
Colocamos la bici con algo de
dificultad, las vallas no son muy altas y tengo que inclinarla ligeramente para
poder pasar por debajo del larguero y sujetarla con el sillín. Punto a tener en
cuenta cuando toque salir de la T1 y más teniendo en cuenta que por culpa del
bidón del sillín será mas complicado. Esperemos que alguno de los que estén al
lado salgan antes que nosotros XD.
Le echamos un ultimo vistazo a la
cabra, piñón medio para salir sin dificultades y desinflamos un poco las ruedas. Ya vivimos
en el Half de Sevilla como explotaban por llevarlas infladas al tope y darle
toda la solana. Aunque desde entonces ha habido la moda de bajar varios
puntos la presión, preferimos asegurarnos. Al día siguiente tendremos bombas
puestas por la organización para dejarlas a la presión deseada.
Hace viento, no mucho pero el
suficiente como para que las bicicletas bailen y es aun temprano, por la tarde hará
más. La organización va a tener trabajo recolocando bicis… Crucemos los dedos
para que no pase nada.
Cojo referencias con el entorno
para localizar fácilmente la máquina y me dirijo con mi bolsa de transición
hasta la carpa de la T1. Al entrar observo que hay una zona “tapada” dividida
en hombres y mujeres para los que quieran hacer un cambio integral de
vestuario. El fail de la organización es que han usado una tela como la que se
usa en el vallado en una prueba donde se sabe que va a hacer viento, ósea, agujereado.
Hay un hombre cambiándose porque viene de nadar y se le ven hasta los tatuajes…
Voyeur aproved!.
En la carpa hay varias bancadas
para poder sentarnos mientras nos cambiamos. Tenemos que dejar nuestra bolsa en
el gancho que tenga nuestro número. Reviso el material por enésima vez, la
coloco en su sitio y vuelvo a buscar referencias…. La segunda viga y la estantería
de la derecha. Disfruto un poco mas el momento y salimos de la T1 para ver ese
pedazo de embalse que tienen en Landa.
Vemos donde está la llegada y la
salida, las boyas aun no están colocadas, pero se intuye que tendremos que
llegar hasta donde nos alcanza la vista. Vaya agua, transparente al 110% y de
chinatos, como a mí me gusta. La toco, la temperatura es perfecta. Mañana disfrutaremos.
De camino de vuelta hacia el coche
nos cruzamos con Rafa Moreno, el triatleta de Al-Fanadic del que tanto había hablado
el mister. Aprovecho para saludarlo y mantener una agradable charla, junto a su
compañero Rafa Ortega. Casualidades de la vida, teníamos aparcado
los coches uno detrás del otro.
Volvemos a Vitoria y paramos en
uno de los parkings públicos cercanos al epicentro de la prueba. Cogemos
nuestra bolsa roja que contiene lo necesario para la maratón, la naranja con el
avituallamiento especial y nos ponemos en marcha, pero no a la T2, si no a
comer. Ya casi son las 15:00 y hay hambre, mucha hambre. El destino nos lleva a
una taberna muy de vascos y donde comimos como vascos. Aun recuerdo esa musaka
de carrillada y la media lubina que me zampé.
Una vez saciada la necesidad
vital, ponemos rumbo a la T2 y tras una serie de vueltas, allí apareció. La
carpa era muy similar a la de la T1, al entrar, nos miran la pulsera y que la bolsa
tenga nuestro número de dorsal. Dejamos en un puesto la bolsa naranja y en la
carpa grande la roja, no antes sin revisar por ene-enesima vez el interior…
zapatillas ok, calcetines extras ok, pastillas de sales ok, geles ok. Todo
bien, todo correcto. Lo dejamos en su gancho, vuelta a tomar referencias y dirección
a la salida donde nos dan el chip que tendremos que llevar durante la prueba.
Ahora sí, ya estaba todo el
trabajo hecho. Disfrutamos de la Ironman Village, del entorno un poco más y de
vuelta al hotel. A las 20:00 me gustaría estar cenando y a las 21:00-22:00
durmiendo.
Tras llegar al hotel, me doy un salto
al Mercadona que está cerca del hotel, en el puesto de comida para llevar
coincido con mas triatletas, entre ellos un inglés con el que establezco una
conversación, lo típico: ¿Cuántos half y full llevamos hechos? ¿Si hace calor
en Córdoba? ¿Cuánto tiempo planeo hacer? Tras quejarse de la temperatura la muchacha
que nos atiende nos informa que lo de la temperatura de estos 2 últimos días es
algo extraordinario, que hacia 2 días estaban a 10 grados de máxima. No me
preocupa, es mi ventaja. Fui previsor y si habéis visto a un personaje
corriendo a las 17:00 por las calles de Peñarroya, ya sabéis quien podía ser.
Había que aclimatarse.
Se despide el compi y es mi turno,
pido arroz mixto, tiene buena pinta. Llego al hotel, son ya las 20:00 no es que
tenga mucha hambre, pero vamos a ceñirnos al plan. Me como casi toda la ración
de arroz mas algunos trozos de empanada de atún. Finalizo con una mousse de proteínas
y al sobre. Creo que en la vida me había acostado tan temprano. Mañana es el
gran día. Tanto tiempo esperándolo y ya estaba ahí.
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