Cuando las montañas te atrapan todo viene de ellas y todo va a ellas.
Gerardo no sólo es (ha sido) un apasionado de la montaña, es que su vida ha estado prácticamente vinculada a ella.
Me cuentan que en sus inicios, en las reuniones del club Júveman era un adolescente de carácter reservado y poco hablador que nunca perdía detalle ni ocasión de hacer actividad montañera.
Al iniciar sus estudios de derecho comienza el vínculo con la Universidad de Granada que ha mantenido activo hasta hoy.
Pionero del esquí de montaña, en los años setenta participó en numerosas competiciones, y formando parte del equipo del Club Alpino Univeritario (CAU), fué unos de los primeros granadinos que asistió a pruebas internacionales en los Alpes, participando en varias ediciones de los trofeos Carlo Marsaglia (Italia) y Rallyes CAI-CAF (Italia y Francia). Ganó en varias ocasiones las pruebas de descenso encordado en el trofeo Andrés de Regil (Picos de Europa).
En la Federación Andaluza de Montaña fue durante años director del Comité de Esquí de montaña difundiendo y fomentando este deporte y organizando numerosas actividades y competiciones.
La Universidad de Granada, desde el Club Alpino Universitario (CAU), potenció el esquí de montaña en Sierra Nevada, y Gerardo Alonso fue una figura clave en este proceso. En 1972 se celebra el I Rallye Nacional Universitario de Esquí Sierra Nevada, que se siguió celebrando hasta 1984. En 1973 se recupera la Subida y Descenso del Veleta, que ya se celebró en 1928, una carrera individual, que contó con tres ediciones, siendo los trofeos unos Cencerros, de " Oro ", " Plata " y " Bronce".
La revista de montaña Sulayr, editada por la Universidad desde 1973 a 1978, tenía una gran calidad alpina y publicó interesantes artículos de esquí de montaña firmados por Gerardo Alonso.
El esquí extremo en Sierra Nevada comenzó en 1974 con el descenso del corredor norte del Veleta, por Gerardo Alonso, José Martín y Víctor Costa.
Fue guarda del refugio Félix Méndez de la FAM desde 1986 hasta 1996, difícil evocar “río seco” sin asociarlo a Gerardo. Activo e incansable, solidario y generoso, siempre fue de los primeros en movilizarse ante la noticia de un accidente en la alta montaña organizando o colaborando en los rescates, aportando su gran experiencia y el conocimiento detallado de casi todos los rincones de Sierra Nevada.
Docente en la montaña y a través de innumerables actividades como las ediciones anuales del Curso multidisciplinar itinerante por la alta montaña Nevadense, ha sabido contagiar a muchos jóvenes universitarios la pasión por el esquí y la montaña. En los recorridos montañeros siempre ha transmitido confianza y hasta en sus últimos momentos se ha preocupado por la seguridad de los que le acompañaban.
No sólo sus tres hijos, muchos jóvenes a los que Gerardo ha iniciado y que lo consideran como su maestro, van a sentirse huérfanos.
Curtido en mil batallas, en el mundo de la montaña, Gerardo Alonso ofrece dos vertientes: el personaje (toda una institución en Sierra Nevada) y la persona, que ha logrado impactar en varias generaciones de montañeros que han compartido con él tantas y tantas vivencias en la sierra.
Un hombre grande, fuerte, de fuerte carácter y gran corazón, un espíritu libre e indomable, como las montañas.
Estamos contigo Gerardo, hasta siempre amigo.
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